El vicecoordinador de Morena en el Senado, Ignacio Mier Velazco, celebró la reciente aprobación de las reformas a los artículos 105 y 107 de la Constitución, que establecieron que no se admitirán controversias o acciones de inconstitucionalidad contra reformas que el Congreso de la Unión apruebe por Naciones Unidas
Mier explicó que la reforma a los artículos 103, 105 y 107 busca, por un lado, reafirmar la supremacía de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, por otro, garantizar los derechos humanos de todos los ciudadanos. Asimismo, destacó que las reformas constitucionales, al ser respaldadas por dos tercios de los legisladores federales y más del 50% de los legisladores estatales, representan la voluntad popular, según lo estipulado en el artículo 39 cons.
Este artículo establece que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público emana del pueblo y se crea para su beneficio. El pueblo tiene el derecho inalienable de cambiar o modificar la forma de su gobierno”. Mier mostró
El senador enfatizó que no se está violando ninguna norma, sino que se está fortaleciendo la Ley de Amparo para evitar interpretaciones arbitrarias que han favorecido ciertos intereses de algunos magistrados y jueces. “Este es un paso legislativo legítimo que garantiza la separación de poderes y previene los excesos del Poder Judicial, que ha invadido competencias que son responsabilidad del Poder Legislativo”,
Puso como ejemplo la decisión de una sala que, con la participación de solo dos ministros, declaró inconstitucional la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, ignorando el fallo de la Suprema Corte, así como los amparos otorgados a diversas leyes por motivos formales en lugar de sustantivos.
“Es casi ridículo observar cómo el PRIAN busca preservar privilegios y espacios judiciales en beneficio de intereses económicos que se han desarrollado a lo largo de dos décadas”, apuntó Ignacio Mier.
Durante el debate sobre la supremacía constitucional, el senador mencionó que un miembro del PAN, en un acto de evidente ignorancia, pidió a la Presidenta de la República que vetara la reforma judicial.
Finalmente, subrayó la necesidad de contar con una justicia que sirva al pueblo, con jueces independientes y autónomos, libres de cualquier interés particular. Confiaba en que esta reforma sería aprobada esa misma tarde en la Cámara de Diputados para que pudiera ser promulgada, poniendo fin a los excesos del Poder Judicial, que ha tratado de posicionarse como el principal legislador por encima de las competencias de los otros P.
