“México y Canadá: tensiones comerciales en el sector minero bajo el marco del T-MEC”

México, un imán para las mineras canadienses: retos y tensiones comerciales

México se ha consolidado como un destino clave para las empresas mineras de origen canadiense. Según la Cámara Minera de México (Camimex), tres de cada diez compañías mineras que operan en el país provienen de Canadá. Este dominio se ha visto impulsado por las ventajas del T-MEC, que facilita exportaciones libres de aranceles, especialmente hacia Estados Unidos.

En 2023, el sector minero-metalúrgico mexicano registró exportaciones por 19,638 millones de dólares, alcanzando un superávit comercial de 9,025 millones de dólares, según datos del INEGI. Este rubro se posiciona como el séptimo mayor generador de divisas para México. Entre las inversiones destacadas está la de Media Luna, filial de Torex Gold, que ha destinado 848 millones de dólares desde 2022 para extender sus operaciones en Guerrero hasta 2033.

Tensiones comerciales y un discurso político

La relación comercial entre México y Canadá ha enfrentado nuevos desafíos en los últimos meses. Funcionarios canadienses, como los ministros de Ontario y Alberta, han advertido sobre la posibilidad de excluir a México del T-MEC si no endurece su postura frente a las importaciones chinas que, según Canadá, ingresan indirectamente a su mercado y afectan su industria. Estas declaraciones, con un tono político marcado, se enmarcan en un contexto de cara a las elecciones federales de Canadá en 2025.

Para César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, la prioridad de Canadá debería ser proteger su relación con México. “Si una minera canadiense envía su producción a Estados Unidos, lo hace sin aranceles gracias al T-MEC. Sin embargo, al exportar a otros destinos, enfrenta regímenes arancelarios distintos. Por ello, Canadá debe valorar más esta relación”, señaló.

José Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios, sostiene que la relación comercial entre México y Canadá se caracteriza más por la competencia que por la complementariedad. Ambos países compiten por abastecer al mismo mercado principal: Estados Unidos. Esta rivalidad ha generado fricciones que complican una cooperación más fluida.

Implicaciones de una ruptura en el T-MEC

La exclusión de México del T-MEC tendría consecuencias graves tanto para las empresas canadienses como para la economía mexicana. Aumentarían las barreras comerciales, las tarifas y la incertidumbre regulatoria, impactando la competitividad y rentabilidad de las inversiones en sectores estratégicos como la minería, que depende en gran medida de la colaboración trilateral en América del Norte.

A pesar de que la administración de Andrés Manuel López Obrador no otorgó nuevas concesiones mineras, tampoco canceló las existentes, lo que ha permitido que las empresas canadienses mantengan operaciones e inversiones rentables en el país.

La próxima revisión del T-MEC, programada para 2026, será un punto clave para renegociar y aclarar las condiciones de cooperación entre México y Canadá. Para Salazar, las tensiones actuales tienen un trasfondo político más que económico. “Estas declaraciones parecen responder a un discurso electoral en Canadá, más que a un conflicto real. Se trata de competir por una mayor cercanía con Estados Unidos, no de desacuerdos bilaterales significativos”, explicó.

En este contexto, fortalecer el diálogo entre ambos países será crucial para preservar los beneficios del T-MEC y garantizar la estabilidad de sectores estratégicos como la minería. Tanto los gobiernos como las empresas involucradas deberán trabajar en estrategias que fortalezcan esta relación comercial y protejan la integración económica de América del Norte.